Cada uno de nosotros tiene una tarea que hacer para el Maestro. Con la ayuda de Dios, nos esforzamos por avanzar cada día en el carácter cristiano, esperando y aprovechando cada oportunidad para hacer la voluntad y la obra de Dios.

Con nuestros ojos fijos en Jesús, oraremos todos los días para que el bautismo de su Espíritu Santo nos moldee y nos forme y nos use para la salvación de otros también: hombres, mujeres y niños.

Ser un medio de crecimiento espiritual y desarrollo personal que permita al cónyuge de cada líder ejercer con gozo su papel de cónyuge de pastor, anciano o diácono.

• Ser un medio para reconocer y apreciar el trabajo silencioso que realizan en nombre de la iglesia.

• Ser un medio para compartir y atender con éxito todas las inquietudes, desafíos y expectativas que la iglesia tiene de su ministerio junto al llamado por Dios.

• Ser un medio para fortalecer los lazos de amistad y apoyo con los demás compañeros que tienen el mismo compromiso.

• Ser un medio para compartir más y mejor capacitación que permita a cada uno trabajar en equipo con su cónyuge.

• Ser un medio a través del cual puedan recibir ayuda y orientación para cultivar una relación cercana y duradera como parejas casadas.

• Ser un medio a través del cual los hijos del pastor aprendan a disfrutar del privilegio de pertenecer a una familia ministerial consagrada al servicio de Dios.

• Brindar la oportunidad para que los hijos del pastor se relacionen con los hijos de otros pastores de nuestro campo de Aruba, Bonaire y Curazao a través de congresos, campamentos, retiros espirituales y envolverlos también en la visión y misión, como un ejército poderoso, bien entrenado, decidido y alegre, todos marchamos siempre hacia adelante, sirviendo con amor, ¡RUMBO A CASA!